
Luego del divorcio, viene la división de los bienes. Así, Kim Kardashian y Kris Humphries, quienes no se ven las caras desde que anunciaron el fin de su matrimonio, han empezado una disputa por algunas de las cosas que se regalaron durante su corta relación. Una de ellas: el costoso anillo de bodas que todavía conserva Kardashian y que Humphries quiere de vuelta.
Una solución salomónica habría encontrado Kardashian, quien le pagaría a Humphries los dos millones de dólares que le costó el aro al basquetbolista.
Según explicó el portal TMZ, en el contrato matrimonial de la pareja, Kardashian dejó en claro que, de divorciarse, ella podría quedarse con el anillo de diamantes si pagaba su precio.
Amigos de la socialité afirman que ella hará valer esa cláusula y se quedará con la joya que es la única prueba del amor que alguna vez le profesó Humphries.